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Economia Informa núm. 355 (noviembre-diciembre 2008)

 

Las instituciones y el financiamiento del desarrollo

 

Presentación

 


Este número está dedicado a la discusión de las instituciones y el financiamiento del desarrollo. La conjunción de estos dos temas no es gratuita, subyacen los supuestos que por sí solos los mecanismos de mercado no son capaces de movilizar suficientes recursos para generar un período de fuerte crecimiento que despliegue desarrollo económico; además se supone que las instituciones, así como la organización financiera dominante puede acelerar, aunque, también retrasar el crecimiento y el desarrollo económico.


Desde este contexto se argumenta que los bancos son las únicas instituciones capaces de crear dinero y, los mercados financieros sólo modifican la distribución de las ganancias. Ello implica que la contrapartida del crédito son las deudas, lo cual necesariamente modifica la producción, desplegándose una secuencia que va de la demanda de dinero –para proyectos productivos con rentabilidad positiva– a la voluntad de los bancos de prestarlo.
El mayor volumen de deudas incrementa el dinero que se transforma en ingreso que, a su vez, induce a una mayor demanda de bienes y servicios. Una de las premisas fundamentales de este planteamiento es que los prestatarios deben cancelar sus deudas, lo cual se debería garantizar vía la regulación bancaria y, especialmente, por la prudencia de los banqueros.


Los mercados de capitales en un contexto de inflación financiera pueden modificar indirectamente la demanda final mediante la redistribución del ingreso. Por un lado, incrementan la riqueza de los tenedores de títulos, lo cual aumenta la capacidad adquisitiva de las clases altas y medias; aumenta el consumo de bienes finales (especialmente suntuarios) y la demanda de viviendas pero, paradójicamente, deprime las ganancias productivas y, por consiguiente el gasto de la inversión. Asimismo, el crecimiento económico está acompañado de un fuerte elemento de exclusión a los sectores no sujetos de financiamiento y, una fuerte restricción a la intervención gubernamental en garantizar mínimos de bienestar social.


Teniendo en cuenta los anteriores elementos, se dividió en tres partes la discusión en torno a las instituciones y el financiamiento del desarrollo. La primera, contiene el trabajo de Jan Toporowski, “La economía y la cultura de la dependencia financiera” que, con base en los planteamientos de Kalecki, Steindl y la inflación financiera, desarrolla el término financiarización, cuyo efecto es distribuir las ganancias hacia las clases medias en contra de los asalariados y del capital productivo y, a favor del capital financiero, particularmente los tenedores de acciones, desplegando especulación financiera y menor asistencia social a los excluidos. El efecto ha sido retrasar la recesión industrial e incrementar el consumo, cuyo límite se alcanzó cuando reventó la burbuja financiera.


La segunda parte está dedicada al análisis de los efectos de la globalización (en el Sub-este de Asia), particularmente en la India, China y Corea del Sur. Sunanda Sen en el trabajo “La desregulación financiera en la economía India” resalta que la globalización alentó el mercado de títulos financieros, adquiriendo importancia central el mercado de derivados, cuya contraparte fue la caída de los créditos bancarios que provocó fuertes exclusiones a prestatarios internos específicamente la pequeña y mediana industria. Consecuentemente, la desregulación bancaria y la apertura del mercado financiero indio incrementó la desigualdad del ingreso y generó precios incorrectos (tipo de cambio).


El trabajo de Hansjörg Herr intitulado “El proceso de crédito-inversión en China” desmitificó el proceso de desregulación y globalización del sistema financiero chino, señalando que pese a desmontarse parte de las estructuras financieras de la economía centralizada se mantuvieron políticas selectivas de créditos, control estatal sobre los bancos chinos y límites al movimiento del capital extranjero acompañados de bajas tasas interés y una subvaluación del tipo de cambio. El resultado de lo anterior provocó que China pese a ser un país con bajo ingreso, tuviera un alto coeficiente crediticio y, la mayor parte de su financiamiento ocurra en moneda local, al igual que los depósitos. Consecuentemente, la banca se mantiene como una institución central en el financiamiento del desarrollo, la cual indujo un crecimiento sin precedentes del coeficiente de la inversión.


Geneviève Marchini en su ensayo “Sistema financiero y financiamiento del desarrollo en Corea del Sur” analiza la función del sector bancario en los distintos períodos de desarrollo de la economía coreana. Resalta que durante el primer período de desarrollo económico, la banca y los chaebols (conglomerados) fueron el motor del crecimiento. En el período de desregulación aumentaron las actividades de las instituciones financieras no bancarias y, la incursión de los chaebols en actividades financieras, factores que en gran medida explican la crisis financiera y económica de 1997. Posterior a la crisis

 

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