carta de políticas públicas

Año 8 número 44
marzo-junio de 2006

Lo que está por venir

La Carta de Políticas Públicas, nuestra carta, ha sido todos estos años un modesto esfuerzo que intentó cubrir un área, deliberadamente pequeña, en la vida de nuestra Facultad. Sin embargo, aguardamos que haya sido útil o, por lo menos clara. Esperamos haber realizado un esfuerzo claro y nos esforzaremos porque así continúe.

Hoy nos encontramos con la necesidad de la renovación. Recientemente, hubimos de dar por concluida la presencia, en su responsabilidad editorial, de Hugo Contreras Sosa ante su indeclinable manifestación de abandonar éste nuestro empeño común. Casi simultáneamente, también reconocimos la necesidad de prescindir de nuestro valioso Consejo de Redacción el que, en momentos de su maduración como estudiantes de nuestra Facultad, consideraron necesario formalizar la bifurcación de nuestras respectivas rutas. En ambos casos, se trató de partidas, no por gravosas para nuestra empresa común, menos necesarias.

Hoy, las circunstancias nos fuerzan a nuevos ajustes. De esta guisa deseamos en esta ocasión dar por cancelada la presencia de nuestro Consejo Editorial cuyas tareas, en rigor, nunca fueron cumplidas, si bien es verdad que ello se debió a la responsabilidad de los editores. De todas formas y para todos los efectos, deseamos expresar a todos ellos nuestro reconocimiento. En todos los casos, se trató de carencias imputables sólo a nosotros y por ello aprovechamos para expresar nuestra impagable deuda.

Pero el hombre y sus empresas son de carácter cultural. Los esfuerzos intelectuales nos resultan inherentes y hemos de seguir adelante. Así, incorporamos en la tarea de la conducción editorial a nuestro colega, el Profesor Rafael Núñez Zúñiga que en frase clásica, no requiere de ninguna presentación en el ámbito de nuestra Facultad. No incurriremos en el despropósito de ponderar lo importante que para todos resulta su incorporación a nuestros esfuerzos.

Se trata de afanes ligados a preocupaciones intelectuales y también, en gran medida, a los valores universitarios entre los que destaca la siempre imperiosa lucha por la libertad. Esto, con todo el amplio, profundo, significado de la palabra. A veces este vocablo en vez de ser enaltecido, resulta vilipendiado de tanto invocarlo, pero aquí deseamos revalorarlo y sobre todo hacer honor a él a través de un ejercicio que, aspiramos, sea debidamente utilizado y aquilatado.

La ruta debe ser reanudada, los escasos medios con los que contamos, han debido ser reorganizados, pero aspiramos a poder ratificar nuestra voluntad de contribuir ante nuestra comunidad a la discusión y proceso de cambio. La revalorización de nuestra presencia en el ámbito del análisis y la discusión de nuestras realidades económicas y el poder columbrar el contexto en el que nos encontramos, siguen siendo, serán, nuestras cotas más caras. Estas son, en breve, las renovadas tareas por venir y perseguir.

Los Editores